"A Democracia e o fortalecimento do Estado de Direito são pilares fundamentais da integração regional".

ABAIXO-ASSINADO EM FORMA DE BANDEIRA: CIDADANIA MERCOSUL.



A deputada do estado venezuelano do Amazonas, (Nirma Guarulla) assinou a bandeira do MERCOSUL, conduzida pelo jornalista e escritor Carlos Javier Arencibia na Venezuela, como parte das ações de Missão Ushuaia, Venezuela e como símbolo de protesto contra violações de Direitos Humanos, cometidas pelo governo de Nicolás Maduro. 

"Ya son 195 días desde que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), al servicio del Gobierno, desconoció su investidura y dio un duro golpe a quienes la eligieron a ella y dos legisladores más, dejando a esta entidad federal sin representación en el parlamento.

Se espera que la próxima semana sean reincorporados a los curules que legalmente les corresponden. Sin embargo, ya el daño está hecho y debemos hacer el esfuerzo para que se conozca.

Son muchas las arbitrariedades cometidas a diario por el Estado venezolano, y eso es un ataque a nuestra memoria para convertir lo irregular en cotidiano. No podemos permitirlo. Hasta lo más mínimo debe registrarse. El futuro y la Historia que construimos harán que paguen proporcionalmente a su injusticia". (Carlos Javier)


O QUE VIMOS EM CARACAS: UMA BANDEIRA COMO ABAIXO-ASSINADO


O jornalista venezuelano Carlos Javier Arencibia transformou a bandeira 
do Mercosul em documento de protesto Foto: Félix Zucco / Agencia RBS

Uma reportagem especial no caderno DOC e um especial digital apresentam neste sábado o que ZH constatou em quatro dias que esteve em Caracas, capital da Venezuela. O repórter de Zero Hora Léo Gerchmann e o fotojornalista Félix Zucco viajaram acompanharam a crise política, econômica e social que se agrava a cada dia no país.

O cenário sobre a conturbada Venezuela inclui filas para conseguir produtos básicos, como água, farinha e papel higiênico, além de criminalidade e repressão policial. Léo é um repórter especializado em América latina, foi correspondente em Buenos Aires pelo jornal Folha de S.Paulo e atua como repórter internacional de ZH desde 2008. Em ZH, assina colunas onde publica notícias sobre a região.

— Desde 2010, é a quarta vez que vou à Venezuela. Acompanhei uma degradação violenta. Usei a palavra “caos” no início da reportagem, porque é a mais apropriada. O repórter mantém a visão distante para descrever os fatos, mas há momentos de muita tristeza. É impossível ser indiferente — conta Léo.

Em meio a toda essa aridez política, o escritor e jornalista venezuelano Carlos Javier Arencibia, 25 anos, tem percorrido Caracas com uma bandeira do Mercosul. Dirigindo um Renault Clio por todos os cantos, Arencibia, ex-líder estudantil, se diz um esquerdista que defende o choque capitalista no seu país para então dar vazão a políticas assistenciais, no antigo método de fazer o bolo crescer para depois dividi-lo. A bandeira lhe foi enviada em 30 de novembro do ano passado pelo documentarista brasileiro Dado Galvão - o mesmo que trouxe a dissidente moderada cubana Yoani Sánchez ao Brasil quando o governo de Raúl Castro dava os primeiros sinais de abertura. Nas palavras de Arencibia, a bandeira é "objeto de uma campanha pela cidadania e pela democratização venezuelana". Em resumo, é um gigantesco abaixo-assinado.

Autor do livro Testemunhos da repressão, Arencibia pretende levar a bandeira pelo território venezuelano. As pessoas poderão assinar e escrever nela mensagens com suas inquietações. O jornalista trabalha, na peregrinação, com a estudante Sairam Rivas, que ficou 155 dias presa em 2014 por "questões de consciência". 

No seu livro, Arencibia detalha a violência policial e militar exercida pelo governo de Maduro em 2014. Naquele ano, o chavismo prendeu 3.765 pessoas, conforme dados da ONG Foro Penal. O jornalista entrevistou 16 jovens detidos durante a onda de protestos contra Maduro. Todos relatam a violência de agentes da Polícia Nacional Bolivariana (PNB), da Guarda Nacional Bolivariana (GNB) e do Serviço Bolivariano de Inteligência (Sebin). 

Betania Farrera, uma das estudantes que depuseram para Arencibia, diz: 

– Meteram-me presa para me provocar medo. No fim, o que conseguiram foi me fortalecer. Aspiro a um país sem delinquência, onde se possa transitar tranquilo a qualquer hora, por qualquer parte. Quero levar meus sobrinhos para o parque à noite, quero que não faltem medicamentos, que tenhamos hospitais públicos adequados e comida sem precisar fazer fila, um país sem divisões. (Léo Gerchmann - Zero Hora)

Exercício da cidadania MERCOSUL na Venezuela.


Deputados da Venezuela (Luis Florido e Juan Guiado) assinaram na bandeira do MERCOSUL, que está em território venezuelano sendo conduzida pelo escritor e jornalista Carlos Javier como parte das ações de Missão Ushuaia, Venezuela no exercício da cidadania MERCOSUL.

Uma parte de medicamentos para crianças com leucemia custam 915 salários mínimos na Venezuela. Como uma enfermidade consegue se converter em uma sentença de morte na Venezuela?


Abaixo, leia o relato enviado pelo escritor e jornalista venezuelano 
Carlos Javier. (do direita na foto)

"I.-

Hace un par de meses visité el Hospital Universitario de Caracas. Es un depósito de personas. Sin embargo, no escribí al respecto porque no tuve oportunidad de interactuar con la gente, de saber historias, de sensibilizarme tanto como para lograr sensibilizar a otros.

No puedo negar que pese a ser de corazón blando (un llorón a tiempo completo), hay tragedias que se han vuelto cotidianas en medio de la miseria nacional. Será un grave error si los problemas, transitorios como en toda crisis, nos hacen endurecernos más de la cuenta.

Es por eso que me empeñé en buscar una nueva historia, significativa, capaz de representar a la mayor cantidad de personas en similar situación, y lo hice en una clínica para simbolizar que la crisis no distingue ningún tipo de caracterización social. 

II.- 

Es así como di con María Valentina Ortuño (11), Michel Andrade (4), y Uziel Matos (2), quienes en vez de converger en la escuela o en un parque de juegos, lo hacen en la sala de oncología de una clínica caraqueña donde se tratan la leucemia linfoblastica aguda que padecen. 

Esta patología tiene una probabilidad de curación del 80% con un tratamiento adecuado de mínimo 3 meses con medicamentos de alto impacto, cuya calidad debe ser óptima. En un país “normal”, como define la doctora tratante, esto no sería un problema. Sin embargo, la Asparaginasa, ampollas de fabricación alemana para la quimioterapia, no se importan desde hace más de un año, lo que obliga a familiares depender de donaciones para traerlas desde Colombia. 

Cada ampolla cuesta 153 dólares y el tratamiento completo son 30 semanas con 3 imposiciones cada 7 días, es decir 90 ampolletas. Esto se traduce en un costo de 13mil 770 dólares que deben costear a precios del mercado negro. Se necesitan 915 salarios mínimos para salvar la vida de cada uno de estos niños (76 años de trabajo). 

Otras medicinas alternas, como el Onicit que es para detener las náuseas consecuentes la quimio, son entregadas por el Seguro Social. “Tenemos una cuota mensual que no es suficiente. Nos dan dos dosis mensuales y uno no sabe cuánto necesitará la niña”, explicó Yelis Pacheco, madre de Michel, quien se trasladó de La Victoria, estado Aragua, porque asegura que en el interior del país es aún más difícil librar esta batalla. 

III.- 

La hematóloga encargada de tratar a estos tres infantes, quien prefirió el anonimato por temor a represalias, asegura que la quimioterapia importada por el Estado venezolano “es de calidad cuestionable”, por lo que “posiblemente” sea causante de algunos fallecimientos. 

“Estos medicamentos traídos de la India, China y algunas países suramericanos no podemos calificarlos como malos, pero no son estudiados a los niveles óptimos farmacológicos y ese es un riesgo que no se debe correr”, dijo. 

La galeno resolvió ante este tipo de problemas dejar el país. Aunque no quiere dejar desvalidos a sus pacientes, tampoco es demasiado lo que puede hacer por ellos sin el equipo y los insumos necesarios. “¿Cómo trabajamos para salvar vidas y brindar una buena atención?”, cuestionó. 

IV.- 

Pese a estar en una clínica, ninguna de las familias tienen recursos para mantenerse allí por mucho tiempo. Una vez los seguros se consuman, deberán irse a nosocomios públicos, donde el ahorro en cama y nutrición se solapan en la calamidad de la mala infraestructura, el hacinamiento, entre otras dificultades. 

Es por ello que a través de las redes sociales reciben donativos, sobre todo de compatriotas fuera del país. Además, se valen de páginas como GoFundMe, donde se puede aportar en moneda estadounidense desde cualquier parte del mundo".